La aplicación de factores de crecimiento consiste en que al paciente se le aplica una muestra procesada de su propio plasma sanguíneo. Los factores son un conjunto de proteínas que están presentes en el plasma sanguíneo y en nuestras plaquetas, y que juegan un papel crucial en la regeneración de los tejidos.
Para obtener ese plasma rico en factores de crecimiento, se centrifuga una muestra de sangre del propio paciente, en un procedimiento desarrollado por laboratorios como BTI Biotechnology institute (BTI), la clínica que cuenta con más y mejores estudios en factores de crecimiento.
Después de la obtención del plasma enriquecido, éste se aplica mediante una infiltración, que puede realizarse hasta en tres fases en un margen de unas tres semanas. Para realizar un tratamiento eficaz, las infiltraciones deben realizarse bajo guía ecográfica. “Si hablamos de tendones o ligamentos, sabremos exactamente dónde estamos infiltrando y eso es mucho más eficaz que poner a ciegas.
En una rotura muscular, lo ideal es aplicarlo antes de las 72 horas para ganar efectividad. La técnica ofrece muy buenos resultados en artrosis, tendinopatías o roturas fibrilares. También se aplica en lesiones del manguito rotador de personas que por su trabajo se ven obligados a cargar con mucho peso.
No tiene efectos adversos, porque se está aplicando la propia sangre del paciente.